Numerofonía
de
Aschero
La re(evolución) de la notación musical
La numerofonía de Aschero se basa en las ciencias matemáticas (geometría y aritmética), la óptica, la acústica y la lingüística, que la hacen clara y comprensible incluso para niños a partir de tres años, en oposición absoluta al sistema de notación musical tradicional. Se trata de un sistema lógico que permite a todos, sin excepciones, leer, escribir, interpretar y crear música, ya sea clásica o popular, incluidos adultos, adolescentes, niños y personas con discapacidad. Todos los amantes de la música pueden disfrutar activamente de ella, y no solo el 5% de la humanidad actual, como lo demuestran las estadísticas, que ponen de relieve el alto nivel de analfabetismo existente.
Se debe hacer todo lo posible para que perdure lo verdaderamente profundo, como la música creada en todos los tiempos y en todas las culturas, en lugar de dar relevancia a lo superficial, como aferrarse a formas antiguas y símbolos obsoletos que han demostrado ser altamente ineficaces en la alfabetización musical de la mayoría de los individuos.
Sobre Numerofonia de Aschero
En la escala musical de la numerofonÃa de Aschero, cada color es un cromáfono (clave) hay 12 sonidos, 12 colores.
Cómo percibimos las cosas
Toda imagen se lee primero a través de la vista,
Así pues, con la misma información y en las mismas condiciones, aprendemos:
1 % POR DEGUSTACION
1,5 % AL TOCAR*
3,5 % POR OLFATO
11 % ESCUCHANDO
83 % AL VER
* Tacto – calor – frío – dolor
(En realidad los sentidos son nueve.)
En el sistema tradicional los sonidos se representan mediante siete notas.
La corchea nota es la repetición de la primera.
Faltan cinco nombres, o se salvan cinco sonidos: hay doce teclas en un piano.
El sonido y su imagen no coinciden.
Una sola nota, con todas sus variaciones (siete claves y cinco alteraciones), tiene cuarenta y dos lecturas diferentes.
La clave es la idea que nos permite comprender un enigma.
Cada código necesita una nota, no siete.
Se aceptan múltiples notaciones para representar la misma altura del sonido (en armonía), pero no se consideran nombres diferentes para lo que no suena igual (homonimia). Si no se sigue este principio (para cada sonido, un símbolo; y para cada símbolo, un nombre), el uso racional del código es difícil.
Las notas se representan temporalmente con siete cifras. La teoría revela una vez más una falsa subordinación a un número erróneo. El número siete no engloba la realidad temporal del sonido.
La superstición todavía reemplaza a la razón.